
La primera que ya todos conocemos es la del Sumo Pontífice, quien tras blasfemar el nombre de Alá ha sido acreedor de diversas amenazas de muerte y ataques al mundo cristiano. Mientras que la otra se le atribuye al polémico señor Chávez, quien fuera de toda sorpresa, utilizó el foro de la Asamblea General de Naciones Unidas no para invitar a las naciones del mundo a buscar la paz, o para criticar algunos de los acontecimientos bélicos recientes, por el contrario arrebatadamente hace uso del micrófono internacional para llamar "diablo" , "mentiroso" y con pestilencia a azufre al Presidente Bush, además de ventilar su alcoholismo y fundamentalismo cristiano. Obviamente esta información no es novedad para ningún internacionalista, sin embargo, el hacer este tipo de desacreditación frente a todas las naciones del mundo no sólo resulta vergonzoso (para Bush, esperemos) sino que está totalmente fuera de contexto.
Lo que asombra, no es la anti respuesta por parte de Washington cada vez que este personaje arremite en contra de su Presidente, sino la aceptación y glorificación que la personificación de la bravuconería obtiene después de semejantes deslices (aunque cómicos hay que aceptarlo). Increíble pero cierto, el Comandante Chávez es literalmente venerado por la milicia chiita del Hezbollah en Líbano. "¡Gracias Chávez!", se leía en grandes pancartas colocadas hoy por activistas en los suburbios al sur de Beirut. En esta imagen podemos apreciar al presidente venezolano vistiendo una camiseta roja y con el puño en alto, al tiempo que se lee la frase: "la coalición de Gaza a Beirut, pasando por Damasco, Teherán y por el hermano Chávez".
¡Qué manera tan atípica de crear una hermandad!